Bruno vino, junto con su madre y otros tres cachorros, de un hogar problemático.
Un alma caritativa los acogió durante quince días, mientras preparábamos sitio para ellos, y finalmente
llegaron a nosotras.
Mariana García buscaba un perrito de tamaño pequeño para acompañar a su perrito actual, que ya es
mayor.
En cuanto su mirada se cruzó con la de Bruno, Mariana se enamoró de él.
Y después de una vida marcada por la desgracia, ahora junto a ella y su familia, por fin tiene una vida estable, llena de caricias, cariño, un entorno seguro......y muchísimo amor!!!!!
La cara de felicidad de todos ellos en las fotos que Mariana nos envía , habla por sí sola.
Siempre cuesta encontrar palabras de agradecimiento hacia nuestros adoptantes, porque siempre se quedan muy cortas en comparación con su gesto de bondad al adoptar y dar la oportunidad de
ofrecerles una vida feliz en el seno de una familia.
Muchísimas gracias, Mariana!!!!
