Pipa llegó con el resto de su familia ( 9 integrantes) a principios de año.
María Ángeles había sufrido tanto con la muerte de su anterior perra, que decidió, hace años, que no tendría más.
Pero los que hemos tenido o tenemos perros, sabemos que eso es muy difícil, que una vez que tienes perros, ya no sabes vivir sin ellos.
Así que hace un tiempo, le empezó a rondar por la cabeza la idea de adoptar. Su madre tiene 95 años y un deterioro cognitivo importante que la lleva a estar mucho tiempo en silencio. Pensó que
una perrita pequeña les vendría bien a las dos.
En junio conoció a Pipa y, cuando la miró, supo que sería su perrita.
En este mes y medio no todo ha sido sencillo, ya que Pipa había nacido en la calle y está llena de miedos que, poco a poco y con mucha paciencia, va superando. Además, desde el primer momento, se
unió tanto a María Ángeles, que durante el primer mes apenas se ha separado de su lado. Ahora ya es capaz de quedarse en el jardín ella solita!!!!
Nos dice María Ángeles que Pipa es buena, obediente e inteligente, pero también es quejica y muy miedosa y que espera disfrutar mucho tiempo de su bondad, cariño y alegría.
Su madre se comunica perfectamente con ella. La llama con el nombre de su última perra, a lo que Pipa ya se ha acostumbrado, y le encanta verla jugar con una pelota por el jardín. Además,
constantemente le dice lo bonita que es y cuánto la quiere.
💕
Nos alegramos muchísimo , María Ángeles, de que Pipa haya encontrado a su familia ideal, que se haya unido tanto a tí y que tu madre le transmita tanto cariño!!! Y que a la vez, Pipa sea para
ella como una especie de terapia, ya que la interacción de un perro con personas mayores posee una gran cantidad de beneficios.
Muchisismas gracias a las dos
❤
