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LARRY ADOPTADO

Cuando nuestro anterior perro se fue, no nos planteábamos adoptar a otro peludo. Teníamos una sensación en la que se mezclaba el querer respetar la memoria del animal que se fue, sentir que se le traiciona si se acogía a otro en la familia y no querer sufrir tanto de nuevo. Pero cuando vimos a Larry todo esto cambió, lo primero que me vino a la cabeza es que era igual que mi gran amigo, en ese momento pensé “no quiero negarle a otro animal la oportunidad de conquistarme, más aún sabiendo que ese animal está en el chenil de una protectora deseando entregar su devoción al humano que lo saque de ahí”.También sabía que no la estaba traicionando en absoluto al adoptar de nuevo. Y así recuperé mis rutinas, los paseos diarios, el llenarme de felicidad con tan solo abrir la puerta de casa... todo eso nos lo da Larry. Puede que al principio sea extraño tener a un perro diferente, con otra personalidad, otros gustos, ocupando el espacio de aquel que tanto nos marcó. Puede que al principio nos cueste sentirlo nuestro perro. Será así durante poco tiempo, os lo aseguro.